La manteca de karité se extrae del fruto del tamaño de una nuez proveniente del árbol de karité (Vitellaria paradoxa), de origen africano, que puede llegar a alcanzar hasta los 15 metros de altura.
Esta manteca ha constituido una de las principales grasas de la dieta de las tribus de la zona, pues es comestible, y prácticamente el único producto cosmético de las mujeres africanas.
Tiene una composición muy compleja identificándose, entre otros componentes, ácidos grasos insaturados (omega 3, 6 y 9), vitamina F, esteroles y flavonoides.
La manteca de karité tiene muchas propiedades beneficiosas, entre las que podemos destacar las siguientes:
-Es hidratante y emoliente.
-Regeneradora celular con propiedades suavizantes y reestructurantes en arrugas y estrías.
-Posee propiedades cicatrizantes.
-Proporciona brillo, suavidad y fuerza al cabello, utilizado en champús o aplicado como mascarilla, 15 a 20 minutos antes de su lavado.
-Actúa como protector solar.
-Es un producto ideal para masaje terapéutico, formulaciones balsámicas, tratamiento de dolores articulares, y muchos otros usos ya que facilita la penetración de los aceites esenciales a través de la piel.
Por todas estas propiedades es muy valiosa para la composición de muchos productos cosméticos, como jabones, bálsamos de labios, cremas, etc,